martes, 22 de julio de 2014

Nota publicada en el Diario La Capital de Rosario - 22 de julio 2014

La provincia elabora un remedio único para un niño con miastenia gravis

El Ministerio de Salud provincial, a través del Laboratorio Industrial Farmacéutico (LIF), produce desde 2011 un remedio exclusivamente para un niño formoseño que padece miastenia gravis.
El Ministerio de Salud provincial, a través del Laboratorio Industrial Farmacéutico (LIF), produce desde 2011 un remedio exclusivamente para un niño formoseño que padece miastenia gravis, una enfermedad poco frecuente. Se trata de Efedrina de tres miligramos, y se ubica entre los denominados "medicamentos huérfanos" que, si bien son necesarios para una población reducida, no existe nadie dispuesto, ni habilitado por la autoridad sanitaria para elaborarlos
"Este fue y es un caso emblemático. En el LIF decimos que es un medicamento huérfano total, sin padre ni madre, porque no existe registro del mismo y la droga no se comercializa", señaló el director del laboratorio santafesino, Guillermo Cleti, El funcionario reseñó que "el niño de Formosa necesita esta medicación desde 2008, año en el cual dejó de comercializarse, tras el famoso caso del triple crimen de General Rodríguez y la ruta de la efedrina". Al cabo de tres años, superando cuestiones legales, el Ministerio de Salud de la Nación medió y solicitó al LIF la producción de los comprimidos.
"Ya llevamos cuatro años consecutivos proveyendo esta medicación, tras lo cual, si bien no produce la cura definitiva de la enfermedad, le permite al paciente tener una mejor calidad de vida", aseguró.
Por la fibrosis quística. A fines de 2013, "hicimos la primera provisión de Solución Clorurada Hipertónica, medicación utilizada a diario por aquellos enfermos que padecen fibrosis quística", comentó Cleti. Esta producción se realizó de forma asociada, con el Laboratorio de Hemoderivados de la Universidad Nacional de Córdoba, en respuesta a distintas inquietudes realizadas por ONGs vinculadas a la problemática del enfermo fibroquístico.
Al respecto, puntualizó que a esta medicación se ubica dentro de los remedios "críticos", llamados así por su elevado costo. "El desinterés de los laboratorios por no producirlos habitualmente está relacionado con el poco beneficio económico que genera su comercialización", consideró.
En muchos casos —continuó— "un laboratorio tiene el registro de una droga ante la Anmat, éste produce el medicamento pero no están disponibles las formas farmacéuticas, presentaciones y dosis que son requeridas por un sector de la población. Ejemplos para esta situación son las presentaciones pediátricas de algunos medicamentos, las cuales no existen en el mercado y por su bajo consumo, no se las elabora".
Para la tuberculosis. Acerca de otros medicamentos de este tipo que se tiene previsto desarrollar, Cleti recordó que recientemente con la presencia del ministro de Salud, Mario Drisun, y el rector de la Universidad Nacional del Litoral, Albor Cantard, se lanzó en el LIF el proyecto "Generación de nuevas capacidades para el desarrollo de medicamentos tuberculostáticos".
Este proyecto que tiene como objetivo desarrollar cuatro medicamentos "críticos" utilizados en el tratamiento de la tuberculosis. En este caso, la necesidad de desarrollarlos surge de un listado estratégico que emitió el Ministerio de Salud de la Nación, responsable de la provisión de los mismos en todo el país.
La Nación realiza licitaciones periódicas de estos remedios, pero suelen tener inconvenientes, en cuanto a la disponibidad de las drogas; al lugar en que se requieren para el tratamiento de los casos y a modificaciones o cambios en la presentación.
"Es importante contar con la producción pública, siempre teniendo en cuenta que es una de las herramientas que cuenta el sistema de salud para facilitar el acceso de medicamentos a la población. Por eso es fundamental su actualización continua, para estar a la altura de los requerimientos sanitarios".
Además, advirtió que es preciso promover la producción de medicamentos de última generación, "como los biogenéricos, los destinados a patologías crónicas, siempre con creciente demanda, a la atención primaria de la salud (principal producción actual del laboratorio), como la incorporación al vademécum LIF de aquellas especialidades utilizadas en internación".

martes, 8 de julio de 2014

Mi opinión en nota sobre el aumento en los medicamentos en DIARIO UNO SANTA FE

Medicamentos: el aumento de los precios afectó a los jubilados


Una mirada crítica

Diario UNO de Santa Fe dialogó con el farmacéutico Guillermo Cleti, uno de los directores del LIF SE (Laboratorio Industrial Farmacéutico Sociedad del Estado), el organismo público provincial productor de fármacos, quien analizó y cuestionó el comportamiento del mercado farmacéutico nacional.

—Cleti, ¿cree que es razonable el aumento del precio de los medicamentos?

—No. El incremento no es razonable, desde la óptica y opinión que tengo como director de un establecimiento productor de medicamentos. Si se quieren justificar los incrementos porque aumentaron los costos de producción, esto no es correcto. Los costos de producción suelen ser el componente que menos influye en el precio final.

“Tampoco guarda relación con los costos en investigación científica que pueden hacer los laboratorios, los cuales si bien son altos, se recuperan en los primeros años de comercialización. En la conformación de ese precio influyen muchas variables: el costo de producción (investigación, empaque, marketing, ganancias) y luego los gastos y las ganancias de la comercialización de los mismos por mayoristas y minoristas”, agregó el funcionario.

Y acotó: “Todas estas variables, asociadas a un proceso inflacionario, impactan en el precio final y en el bolsillo de la población. Más del 60 por ciento del gasto total de medicamentos en Argentina sale de los hogares (según estadísticas de estudios en medicamentos)”.

—¿El Gobierno Nacional hace lo necesario para regular el acceso universal a los mismos, fundamentalmente en los sectores más vulnerables?

—La Nación, a través del Programa Remediar (vigente desde el 2002), facilita el acceso a los medicamentos a sectores vulnerables de la población, a través de la provisión de botiquines, constituidos por un listado de medicamentos destinado a dar cobertura en el primer nivel de atención de la salud. También garantiza tratamientos a través de otros programas nacionales, como pueden ser sida, maternidad e infancia y tuberculosis. Aún así, los precios siguen subiendo.

—Usted, ¿qué soluciones propondría?

—La compra centralizada de medicamentos y la producción pública son algunas de las medidas que se están practicando para contener la subida de precios, pero en mi opinión el Estado nacional debería ensayar alguna alternativa más para tal efecto. La mayoría de los países desarrollados han tomado medidas de control y regulación de precios, a través de sus agencias sanitarias. En Argentina, debería ser a través de la Anmat u otra agencia que cumpla ese rol.

—Hay quienes sostienen que una forma de bajar los precios sería “reimpulsando” la ley de medicamentos genéricos, vigente desde 2002, algo que el Estado nacional quizás no esté haciendo, ¿cuál es su opinión?

—La ley tiene vigencia, pero por sí sola no creo que cambie la ecuación. Como toda normativa, es necesario que se audite si se aplica o no. Su aplicación depende de la acción coherente de dos actores fundamentales dentro del sistema de salud, como lo son los médicos y farmacéuticos.

“A su vez, del interés del paciente de informarse y de respetar la cadena correcta de comercialización del medicamento. La población exige el cumplimientos de una ley, por ejemplo prescripción por nombre genérico, pero luego va y compra en un kiosco o almacén. Todos tenemos nuestras responsabilidades”, agregó Cleti.

—Otros sectores, incluyendo farmacéuticos, aseguran que el efecto terapéutico de los genéricos no es tan bueno como el de los medicamentos de laboratorios reconocidos.

—Es común que se generen estos comentarios o campañas de desprestigio. Imagino que son de parte de aquellos que necesitan defender sus marcas y negocios. Cuando digo “negocio”, no quiere que se mal interprete. Está bien que quienes producen medicamentos quieran tener ganancias, pero no de una manera tan salvaje. Este desprestigio también alcanzó históricamente a los productores públicos y el LIF no ha escapado a ello.

E insistió: “En este caso, puedo hacerme cargo de lo que producimos en el LIF, que es una institución con más de 60 años de trayectoria. La calidad es una sola. No hay un medicamento de calidad y otro de «más o menos» calidad. Si un fármaco está bajo sospecha, sería interesante que los profesionales de la salud y consumidores denuncien estas falencias a través del sistema de farmacovigilancia”.

Hechos por el Estado

La provincia de Santa Fe –con el LIF y el LEM de Rosario– lleva adelante la producción pública de medicamentos, concebidos como un bien social y no como una mercancía, para facilitar y ampliar el acceso a los mismos y dar respuesta a gran parte de las propias necesidades de su sistema de salud y, asimismo, proveer a Nación y a otras provincias.

Consultado Guillermo Cleti sobre si políticas de este tipo podrían aplicarse en el resto del país como modo de ir en contra de los abusos del mercado, y si es factible hacer medicamentos accesibles aunque de calidad, respondió: “Siempre es posible producir medicamentos de calidad trabajando a conciencia”.

Y enfatizó: “El Estado debe emprender la producción teniendo claro el concepto de que es un bien social. Es decir, debe garantizar que sea accesible, oportuno, ligado a los costos de producción y de comprobado efecto terapéutico”.

“Ahora bien –diferenció el director del LIF–, que cada provincia tenga su propio emprendimiento productivo podría ser de utilidad, solo si estos laboratorios no sean generados para producir más de lo mismo. Hablo de especialización de la producción para nuevos emprendimientos, de acuerdo a las necesidades y estrategias en salud: locales, regionales y nacional”.

A pedido de Nación

—Cleti, ¿cuáles son los proyectos del LIF para ampliar o diversificar sus políticas actuales?

—En breve, comenzaremos la producción de morfina y metadona, que son dos especialidades destinadas al tratamiento del dolor, puntualmente en pacientes con enfermedades terminales. Este proyecto fue solicitado por el Instituto Nacional del Cáncer (Ministerio de Salud de la Nación) y tendrá alcance nacional y, obviamente, para la provincia de Santa Fe. La demanda provincial y nacional (a través del Programa Remediar) crece permanentemente, para lo cual se hace cada vez más imprescindible pensar en el anhelado proyecto de construcción de la planta nueva del LIF, en el terreno que posee sobre la autopista.

“Además, recientemente, se conformó un consorcio entre el LIF y la UNL, con el cual presentamos un proyecto ante el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación, a los fines de acceder a un fondo llamado Fonarsec, a través del cual se realizará investigación y desarrollo de medicación que se utiliza para el tratamiento de enfermos que padecen tuberculosis. Esto se hará en el LIF y tendrá alcance nacional y regional”, concluyó.

Por Mariano Ruiz Clausen

NOTA EN WEB:
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